Dios ha muerto


Sí, Laudato Dios ha muerto, ha muerto Dios
Pero no lo he visto en los periódicos,
No hay reseña, no hay registro de accidente!
Porque los periódicos Laudato, no alcanzan al pensamiento,
Van muy lejos y detrás de él, ya no son una voz

¿Bueno, y quién lo mató? nadie
Expiró en sana paz y la tecnología lo ocultó
Se lo llevó sin necesidad de arrastrarlo,
No hubo reconocimiento de sepultura
Solo lo disipó como el viento se lleva el polvo
Sin dejar huella de su limpieza, a veces, sorda
Que no la percibimos y se repite muchas veces.

Pregunta Laudato: ¿Entonces nos quedamos sin Dios?
Pues sí Laudato, el hombre lo creo y el mismo lo destruyó
Vivimos tiempos de Dioses muertos, ¿acaso no te has dado cuenta
Que el universo se encuentra en prosperidad inversa?

¿Tampoco te has dado cuenta que la tecnología dejó de estar al servicio del bien?
Le quitó a Dios su esencia, su ubicuidad, ahora tendremos que imaginar otro
Para que reine en este infierno demoledor
Nos salve, nos acompañe y  nos acomode el momento con precisión.
Vamos muy rápido Laudato, todo se consume en un santiamén.

Responde Laudato: me quedaré con mi viejo Dios
No seguiré pensando en los fluidos del Internet
En lo que pasa cuando ya pasó, me retraeré en mi plegaria para que de nuevo reine Dios
¿Por qué, ahora me señalas que la religión católica es la menos dañina de todas?,
Siempre pensé que los curas de disfrazaban, pero ayudan.
Creo y lo seguiré rumiando como mi propio Dios
Ahuyentaré de mi cuerpo cuanto diablo ande suelto
Seguiré a la tecnología que consagre a Dios y a la convivencia
Mientras ocurre de nuevo su resurrección.
Quiero permanecer cavilando en ello, no puedo vivir entre cruces y espantos
Soy Laudato el mayor de todos mis hermanos
Debo dar el ejemplo de buena formación,
Prefiero la carga de un Dios que no veo ni toco
Que la soledad y desamparo de uno que murió.
La tecnología me aburre, aunque sea infinita como lo es Dios
Me arrastró en sus comienzos y casi acabó conmigo.
Te oigo, pero no te obedezco, continuaré en mi indagación mientras viva
No puedo existir sin Dios, son mis preceptos, amo todavía a los presocráticos
Así afirmo y aclaro, para Laudato Dios no ha muerto y aguardo su regreso
De ese algo superior y creador, si bien sea en esencia incorpórea y con rostro de señor


Francisco Alarcón 
Agosto 2012 

Yo también fui





Yo también vengo de donde flameaba el fuego de Prometeo
Donde se bebía el vino hasta en garrafón
De espacios gratos, sin linajes ni hechuras
Republicano fui de consideración

De La Bajada, al Vecchio Mulino, recorría mi trajín
Cargado de dulces esperanzas cuando la “saña” no nos atrapaba
El solaz calificaba la poesía, y a la narrativa limpia y dadivosa
Con la “Gioconda” imperturbable en su caja de caudal en el Camilo’s

Sacando cuentas y anotando deudores
Que jamás pagaban sino con sus regresos obligados,
Tiempos de caña y vapor
Cuando Caracas lucia orgullosa ante la mirada de cualquier visitante

Volvimos algún día entre los ya confusos lugares
Que no recuerdan, el repaso primigenio de lo hermoso de todo
Ayer, oí la voz de Pancho Massiani,
Y me retumbó el cuerpo

Cómo se fue hasta el viento de los tufos y las jaranas
Ahora no quiero perpetuar nada de lo que fuera mi “republica” olvidada,
Pocos, les escribimos a la gente, el Dios debe estar triste
Las amigas desatendidas con el amor que le profesábamos

Sí, con amor escribíamos, con amor siempre lo hacemos
Pero no se fundaron más republicas para explayar el estro
Para la “conjura” de las ideas, de los sueños y asimilaciones literarias,
Ahora, saludamos a Joyce, Baudelaire y a Withman casi clandestinamente

De lejos nos ven, desde lo lejos nos perciben
Somos como el atardecer frente a las hordas de mal
Somos los poetas solitarios, de cuerpo ajeno,
Ya con unos años más encima. Pareciera que todo se hizo en este país en los sesenta
Como lo espeta el amigo Pancho Massiani

Cómo me gusta


Cómo me gusta tu amor cuando amanece
Tal como flor dilatada,
bajo el destello de la luz de tus pupilas
radiantes, hermosamente bellas y con amplia sonrisa

Me absorbes con tus encantos
queriendo o sin quererlo me entrego a ellos,
Es el día que despunta como la vida y nos deleita
me traslada a tus brazos en contacto con tu cuerpo

De relación natural y con especial esencia
Con muslos templados como columnas
con suavísima piel recubiertos, cuando brota el encuentro,
encajados en perfecto ejercicio amoroso

Cómo me gusta cuando de noche te rozo
Y tiene otra connotación en el tiempo,
que incitan mil vapores como si me encontrara en plena calle contigo
arrebujados bajo una misma manta y en desnudez total

Exquisitos momentos a tu lado
Unos de noches, otros al asomar el día
Es el mismo cuerpo, es la misma hada
que cada vez que me toca me enciende mil luces en el alma

Francisco Alarcón
noviembre 2012 

A mi madre


Ante la muerte de mi madre me inclino y te entrego a quien te llevará a un lugar seguro y eterno

Al fin madre mía te fuiste de este lugar
en fragua honorable sin parientes a quienes molestar,
me quede viendo tu partida sin tristeza, sin dolor
Sé donde iras, sé que te atenderán mejor

Miré, reconsideré el tiempo a tu lado
en momentos adversos y me sentí reconfortando,
habías partido en un soplo cuando solo te había quitado la mirada
Fue rápido como son las buenas faenas

Todo se llevó en perfecto orden, apareció ella mi amiga
Sin estupores, me escrutó para saber de mí
Viéndome plantado a tu lado como lo estuve todos estos años
supo que estaba preparado y esperó un instante para definir tu ausencia

Que bueno son las cosas de esta manera sin traiciones
Sin estar entroncada con gente perversa a tu alrededor
Sin ataduras impuestas, sin hipocresías de las malas hierbas,
natural como en tu caso fue la muerte.
Fui testigo hasta donde pude y me lo permitió un  Señor

Ojalá otros se fueran como tu sin cargarse un rencor y sin nadie a quien olvidar
Porque la ausencia se los tragó y te permitió vivir también en paz,
como la muerte hoy te atiende sin discrepancias conmigo tu único amor-
Lo demás será incierto porque mi familia eras tú y no reconozco a nadie más,
no hay dolor que venza mis sentimientos ni doblegue mi espíritu
viéndote batallar a diario contra todos los letales orígenes
Soy tu esencia, tu hijo con la fortaleza de tu hálito.
Me veras transitar otra vez por lugares y parajes desconocidos
Será todo nuevo las enseñanzas corrieron así
nada para desandar, iré donde sea  mientras vida haya.

Francisco Alarcón
25/08/2011

Voces del alma

Veo mi nombre solitario que no evoca nada,

veo que en él confluyen sólo mis pensamientos,

o presagios de algo que nunca se fructifica

Pero no me importa lo que veo sino lo que siento


Y mientras sienta estoy aquí y no expuesto en un vitral,

haciendo cosas con o sin fundamentos,

Errando pero también creando

lo que se erige de la nada y nace, crece y perdura


No son mis ficciones, no son los sueños púberos

Son los sueños de la edad madura o senil o como quieran llamarla,

la más rendidora cuando se sabe aprovechar

No hay nadie que calle esta boca ni que cambie mis inclinaciones


Son los años los que conducen a estas expresiones

Son los años que modelan un camino aunque ya nos cueste transitarlo,

es la vida del ser cuando ella se ha vivido en paz y con serenidad

Aprovechando cuanto cree uno es de importancia para el saber


Ya no repito los vocablos que les oigo a todos,

ya no son lo decires usuales que se contagian como las pestes,

Son las voces del alma que afloran a veces hasta sin querer

Ahora yo ando por esos rumbos a los que no pienso renunciar


Francisco Alarcón

Viene la muerte

Como siempre viene ella destilando paciencia,
esperando el preciso instante,
sin pedir nada a cambio, sin llevarse lo impropio
Dejando ese cuerpo para la tierra

para que yazga en un hoyo
O pase a la nueva modalidad de la cremación,
qué más da, un cuerpo en esas circunstancias, es como un traje
Para qué la muerte se va a llevar esa cosa indiferente

No contendría el infinito a los muertos
El mundo se caería con el peso de tantos restos,
que los gusanos se encarguen de reciclar
o la candela orea los destruya todos dejando las cenizas

Para el recuerdo, para el olvido,
siempre un difunto es olvido como el tiempo es pasado,
presente sólo tiene la muerte en puntual comparecencia
Aparece cuando es y cuando le toca

Ni siquiera merodea a los agónicos
Ella sabe cuando es el soplo de verdad sin que sumen los rezos,
o las victorias pasajeras que la medicina provee
en algunos casos para consuelo de los dolientes

Pero viene la muerte en su hora, en su minuto final
Sin pedir nada a cambio, ni a la familia, ni al cadáver,
carga lo que hay cargar como lo deja la vida, desnudo
Como una vez también lo trajera al mundo un ser de dulce entereza.

Así la espero por mí, por ti, por ella
Qué seriamos si tú no te encargaras compasivamente de llevarnos?
Basura acaso, un cuerpo que caducó y no tiene nada que lo mueva ya
Gracias mi apreciada muerte por siempre tenernos presente.

Francisco Alarcón

Ya

Ya mi musa se fue con profundo dolor
¿Era mi amor?,
No lo sé
Revolotean el alma antes de partir

Ya se fue y no hay abatimiento,
no hubo destrucción sólo pasión
Nadie dejó,
la veré algún día con nuevo traje
con nuevos brillos, lejos de estas tierras

Le diré, hola cariño, ¿me recuerdas?
Fui yo, aquel quien te enseñó
y tú quien me partió el corazón.
En ramalazos quebraderos, mirando como todo se hace fugaz
Hasta los te quiero son desazón

Cuando se va alguien que uno ha querido
es como si se dejara de querer parte de uno mismo,
pero no hay remedio para estas situaciones
Se fue y salió con un destilarte adiós

Recuerdos, enredos, no, no los hay
Los poetas somos libres y volvemos al asunto original
Si es Dios es Dios, si no lo es, habrá otra inspiración
y las musas de nuevo aparecerán quizá por obra de ese Señor

Despuntado todo tiempo pasado
propicio como el hoy, desordenado en parte por el sufrimiento
Florecerán de nuevo los rosales con más esplendor
Yacerán los olvidos en su desesperación
y habrá de nuevo muchos seres y cosas por mirar

Así como todo cambia, el poeta lo hará,
creación es vida, inmarcesible de voluntad férrea
etérea o terrenal regresará y no agonizará la inspiración
Fenece solo la época, lo que nos rodea, sino muriera todo

Pues, seguiremos abiertos, algo maltrechos
con emoción tronada pero imperturbable;
hasta la vista bella flor, que yo también me voy
sabes mi nombre: Francisco Alarcón

Infierno

Somos cualquier cosa menos seres,
en este infierno,
en este sobrado,
así nos tratan, como quieren

Nos mienten,
nos apabullan,
no hay redención material,
no hay iniciativa cierta,
no hay mente que piense,
ni cuerpo dispuesto a morir,
somos terreno fértil para la opresión
No hay clamor que despierte


Sólo miseria, muerte y consternación
El Dios de los pobres desapareció
trocado en un señor sin fueros
terco como un animal cruel
.
Haciendo lo que le viene en ganas,
casi tan poderosos como la naturaleza
para obra de las desgracias
Helo ahí, como retumba cual si fuera el propio Mefistófeles
por desidia del “Señor”.

Francisco Alarcón

Claroscuro

Suerte de vida que me arrastra
por caminos diversos, laderas desbarrancadas
cosas que son y ocurren en otoñales afectos
días nuevos que me retraen de la enemistad

De niño con o sin simpatías anduve
caminé todas las vías con pasión,
Disfruté los esplendores del tesoro
y la degradante ausencia en realidades inversas

Pude de todo, porque la vida es todo
Olvido para la desesperanza, para el pasado malo,
para la resurrección de los amores, para los disparates,
conjunto de percepciones disímiles,
que al final terminan siendo nuestra existencia
sin poder borrar ni un paso de lo ocurrido

Así vamos creyendo enmendarnos cotidianamente,
dejando atrás lo protervo como las Marías
¡Qué va! somos un sólo ente y los perdones sólo nos acarician,
en algunos momentos para decirnos que si o que no

No pienses que el orbe absuelve mientras haya gente
No pienses que el albedrío es libre mientras haya seres,
no vamos solos a ninguna parte, te ven, te admiran o te borran
Aunque no hablen porque ya no hace falta ese talante

¿Desilusiones o amores?
Prefiero los últimos que me dan la savia
Son el pan que consumimos para existir
Son los salvavidas frente a la indolencia,
están allí aunque la muerte no te yerga
porque fuiste únicamente uno en este mundo que no exime

Adentro estoy, me asomo de vez cuando para ver la luz
Distingo lo que quiero, hacerlo no me cuesta nada,
lo absuelve hasta la corte celestial
aunque las puniciones terrenales hayan impuesto sus penas

Pasajes que no pasan, no terminan
Sigue el dolor que con honra llevamos,
pareciera que ya no vivimos en estos sombríos lugares
pero estamos aquí, viendo, oyendo y quizás muriendo

Francisco Alarcón

Sencillo amor

Cuando se acaricia a la mujer amada,
en suave piel se deslizan las manos
Cuerpo andante de seducción
natural empieza todo

Besos de dragones sin emanaciones de fuego,
bocas que se comunican sin hablarse
que transmiten el calor del instante,
en el sitio que sea de buena disposición
Así soy, así somos frágiles ante los deseos

El cuerpo va en comunicación con el pensamiento
Te quiero, estoy, te toco, me excito porque vivo
de tus hermosos detalles sin sedas ni encajes
Desnuda el alma, desnudo el corazón

Arrebújame en tus brazos,
dame calor como cuando era niño,
dime lo que sientes, soy lo que quieras
Son momentos eternos para la existencia

Francisco Alarcón