Hace poco

Ayer me mirabas como quien creías era
hoy me ves como quien soy,
no sé cuál será la diferencia
¿Cambiaron tus valles amorosos?

Si somos lo que los demás quieren,
o realmente lo que ven
A veces si, otras veces no
Cuando nos aproximamos a la decencia
somos una realidad

El mismo que el amor vierte en probidad
El mismo que el sueño revela
El mismo que tu amor desespera
El mismo que tu pasión acaricia

Gracias por verme como soy
sin arrogancias ni afectaciones
Te retribuyo ese amor
descubriéndote tal cual eres hado de mi ventura

Francisco Alarcón

Así fue

Zona en el desierto de mi rincón onírico
llegaste de día sin sombras ni estío,
buscando la luz salvadora
de tus ambiguas fantasías

Te toqué una dos… muchas veces
No tenías delirios de víctima sino de vida
Querías alborozar el mundo
en mi compañía

Vueltas tras vueltas se dieron
en tu intento liberador,
llegó la hora de aprehender el camino
Cuando el suelo se abría
sus grietas descomunales eran las tuyas y las mías

No hallamos el rumbo
la sinfonía musical no sonaba
Tañía el ruido real
y te asustaste con él
No fue mi vida la que partió

Así fue como el suelo te estremeció
Te rodó hacia el lugar de donde habías venido,
dándote la paz que augura el silencio
Te dio algo y se llevó todo, regresaste a tu esquina
de luz, de enojo, de gracia y recuerdos.

Francisco Alarcón

Tiempos idos

Fueron otros tiempos aquellos,
donde departíamos juntos,
jugábamos en plena madurez
comíamos del mismo fruto

Dormíamos en silencio aunque la noche fuera ruidosa
cómo viva el Rey en su trono,
con un ósculo se levantaba el cielo
en pleno esplendor del azul gloria

Bonita la vida transcurría
Sin estridencias a una sola esperanza,
atenidos a existir y a compartir
Llegó Júpiter y comenzó a soltar rayos

Cruelmente nos alcanzó uno
sin dar en el blanco, pasó rozando nuestras pasiones
Aquel día, sí aquel día, se doblegaron las esperanzas
se difuminaron de repente, para siempre…

No sé que ocurrió
Pregúntele a Júpiter
Patriarca de la justicia cósmica
Mi vida cambio y eso es lo que sé yo

Francisco Alarcón

Como el jabón

Tenía días sin bañarme con jabón
por cuestiones crematísticas
más que de “avieso” poeta
pero en difícil situación

Eso de pasarse la mano, rústica,
sin nada que suavice y limpie
ocasiona desagradable sensación
agua y más agua, pura agua
en desazón, en soledad indeleble

Menos mal que conseguí resolver la cuestión
sentí las manos suaves, tersas que acariciaban el jabón
contacto grácil y de ocasión
que permanece durante cierto tiempo

Cavilé de momento que era como andar sin mujer
menos mal que lo superé
su fragancia me sedujo tanto
que pensé: ¡las mujeres son como el jabón del alma!

Francisco Alarcón

Qué

Que desorden mental tengo yo,
amanecí viendo peces patinar por las calles.
Hombres sumergidos en gélidas aguas
con pájaros nadando en mi acuario.

Mi cuarto era un desastre
estaba rodeado de cosas extrañas
excelsas ninfas hablaban de verdad
me asomé por la ventana y nevaba
sin ser navidad ni estar en un sitio boreal

Ese calor infernal había descendido
como si nada pasara
con agradable clima
donde el mundo flotaba

Qué pasará ahora
con tan deleitante sueño
se cumplirá mi hazaña calmante
o morirá mi fantasía en el desastre.

Francisco Alarcón

Sueños para ti

Ya no era ella,
la vi sentada, sola
como ostra de la mar
No hablaba ni padecía
Oía, tal vez
no sé a quién,
Su cuerpo se deslastraba del mundo
como ella quería
porque ya no era mía
vivía o moría
no lo sé
porque no era ella.

Francisco Alarcón