Como siempre estoy aquí,
viéndote en perspectiva
sin abandonarte en ningún instante
sin alejarme de tus pasos
Como Dante a su Beatriz,
en este pórtico de la vida
que no sabemos cuándo nos lleva o cuándo nos trae,
si estamos en la juventud, madurez o decrepitud
Somos como las nubes siempre presentes
con colores de cielo o de ocaso
pero estamos ahí durablemente,
con sentimientos imperecederos
Que dan luz a los momentos más oscuros
que dan permanencia a los cambios
que nos sostienen parados aún con lágrimas en los ojos
no declinaremos, nos miraremos y seguiremos queriéndonos
Francisco Alarcón
Ayer y hoy
Ayer me llamabas a plenitud,
te desnudabas frente a mí como si fuera tu espejo,
hoy te veo con las mismas ansias
como si llegaras del cielo
Con el cuerpo en paz
sin dejar colar los maltratos,
con la tez risueña y juvenil;
avista la suerte mía cuando te veo reír
Como siempre no hay coyuntura que te doblegue
eres mía, baquiana de la vida,
como te imaginé y pensé,
una vez cualquiera, aunque no te conociera
Eres como la luz entera que se cuela por donde quiera
no podía evadirte, aunque no te buscara,
un día corriente apareciste
en el centro de mi atención
Mi respuesta invariablemente será quererte,
como ayer, como hoy, si bien el sol no resplandezca
pese a que la fúlgida estrella desvanezca en la aurora,
serás mi perdurable compañera de la vida y de la muerte
Prefiero quererte así, inmortal
sin abismos que nos separen en algún lugar,
ayer y hoy me sigues atrayendo
Espero mi Eurídice no perderte en este sueño
Mi deletérea providencia,
no hallará el refugio de este amor,
en sólo lugar para dos
seguiré contigo el camino que disponga el infinito
te desnudabas frente a mí como si fuera tu espejo,
hoy te veo con las mismas ansias
como si llegaras del cielo
Con el cuerpo en paz
sin dejar colar los maltratos,
con la tez risueña y juvenil;
avista la suerte mía cuando te veo reír
Como siempre no hay coyuntura que te doblegue
eres mía, baquiana de la vida,
como te imaginé y pensé,
una vez cualquiera, aunque no te conociera
Eres como la luz entera que se cuela por donde quiera
no podía evadirte, aunque no te buscara,
un día corriente apareciste
en el centro de mi atención
Mi respuesta invariablemente será quererte,
como ayer, como hoy, si bien el sol no resplandezca
pese a que la fúlgida estrella desvanezca en la aurora,
serás mi perdurable compañera de la vida y de la muerte
Prefiero quererte así, inmortal
sin abismos que nos separen en algún lugar,
ayer y hoy me sigues atrayendo
Espero mi Eurídice no perderte en este sueño
Mi deletérea providencia,
no hallará el refugio de este amor,
en sólo lugar para dos
seguiré contigo el camino que disponga el infinito
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