SUENOS II

Tuve un sueño desesperado
 que no terminaba nunca
 Como si no me importara nada
 dormía o vivía en oscuras penas

 Traté de despertarme mil veces,
 sentía que no era mi sueño
 tampoco era una pesadilla habitual,
 algo extraño invadía mi cuerpo

 Era como si el día también se trasladaba a la noche,
 agarrotándome, no me aprobaba descansar
 Seguía, seguía.
 Dormido sin poder dormir.

 Era como la muerte en dilema desagradable
 que desconocía, sin oler los azahares de sus encantos,
 era como si la muerte se trocara en mortificación
 en vez de ser pasión y magia para el descanso

 No valía la pena dormir así,
 ni siquiera morir entonces,
 oh trance desagradable aquel
 que por poco me mata sin querer

 Desperté en iguales condiciones
 con mis cuitas actuales, sin indagarlas, sin quererlas
 El cielo se estremece y no hay azules ni aves rondándolo
 está solo, ya ni pinta palomas

 Sueño y vida que se confunden sin pretenderlo
 Sueños que son casi defunciones
 Sueños perplejos
 que incitan la modorra y el hastío

Como siempre

Como siempre estoy aquí,
viéndote en perspectiva
sin abandonarte en ningún instante
sin alejarme de tus pasos

Como Dante a su Beatriz,
en este pórtico de la vida
que no sabemos cuándo nos lleva o cuándo nos trae,
si estamos en la juventud, madurez o decrepitud

Somos como las nubes siempre presentes
con colores de cielo o de ocaso
pero estamos ahí durablemente,
con sentimientos imperecederos

Que dan luz a los momentos más oscuros
que dan permanencia a los cambios
que nos sostienen parados aún con lágrimas en los ojos
no declinaremos, nos miraremos y seguiremos queriéndonos

Francisco Alarcón

Ayer y hoy

Ayer me llamabas a plenitud,
te desnudabas frente a mí como si fuera tu espejo,
hoy te veo con las mismas ansias
como si llegaras del cielo

Con el cuerpo en paz
sin dejar colar los maltratos,
con la tez risueña y juvenil;
avista la suerte mía cuando te veo reír

Como siempre no hay coyuntura que te doblegue
eres mía, baquiana de la vida,
como te imaginé y pensé,
una vez cualquiera, aunque no te conociera

Eres como la luz entera que se cuela por donde quiera
no podía evadirte, aunque no te buscara,
un día corriente apareciste
en el centro de mi atención

Mi respuesta invariablemente será quererte,
como ayer, como hoy, si bien el sol no resplandezca
pese a que la fúlgida estrella desvanezca en la aurora,
serás mi perdurable compañera de la vida y de la muerte

Prefiero quererte así, inmortal
sin abismos que nos separen en algún lugar,
ayer y hoy me sigues atrayendo
Espero mi Eurídice no perderte en este sueño

Mi deletérea providencia,
no hallará el refugio de este amor,
en sólo lugar para dos
seguiré contigo el camino que disponga el infinito

Escribo

Escribo sobre tu cuerpo en cada momento,
Cuando el papel no está a mi alcance,
Te dejo mis grafías cinceladas
Hasta la muerte,

Sí, te dibujo la espalda
Y brizo tus senos porque te quiero,
Con libertad para hacerlo
La vida es así, libre

Haciendo lo que a uno le venga en ganas,
Te tengo a ti, por eso escribo,
Por ello versifico sin ser fachoso,
Fijando mis pensamientos en tu cuerpo

Vocaciones de todos los gustos,
Estribándome cada vez más en ti
Hasta que la muerte me taña el alerta
¿Cómo las quiero a ambas?

A una aquí a la otra allá
Así de desnudas, de tez esplendente,
Como debe ser el eterno placer,
De verlas en una sola presencia

Escribo a la vida, también a la muerte,
Puesto que lo saben y no lo oculto,
Amo tanto a la una como la otra
Son libres de hacer conmigo lo que quieran

Una me da la existencia
Otra me da la eternidad
Por eso las deseo, y las junto
Son una misma, a quien o a quienes jamás dejaré

Francisco Alarcón

Mujer de Francisco Alarcón



El sábado 8 de marzo en la librería Lectura
se realizó la presentación
del libro Mujer de Francisco Alarcón,
como un homenaje a ellas en su día.






Como mujer, es emocionante recibir el sentido homenaje que nos hace Francisco Alarcón con su poesía. Porque a través de su poesía, que describe toda la gama de los sentimientos bellos y buenos, apasionados y sublimes que una mujer suscita en quien la ama, Francisco tiene la generosidad de desnudar su alma, su corazón y sus sentimientos para compartirlos con nosotros.
Carolina Jaimes Branger
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