Poeta y ensayista

En estos tiempos sombríos en los que la dirección del país ha sido secuestrada por un régimen abyecto, resulta reconfortante asistir a una fiesta de la cultura, como fue el bautizo de dos libros del poeta Francisco Alarcón, distinguido compañero en estas prestigiosas páginas de opinión del diario 2001. Fui honrado al ser escogido para realizar la presentación de los libros “Laberinto”, poesía y ”Cuéntese Camarada”, ensayo, de Vismar Ediciones.

Francisco Alarcón es hijo de su siglo, mantiene una relación muy rica y viva con la cultura, la filosofía, la economía, la sicología, la política y las ideas de su tiempo. A la par de su incesante quehacer literario el lúcido poeta asume sus ensayos como compromiso y reto con la sociedad a la que pertenece, valiéndose del amor al conocimiento, la creación intelectual y el lenguaje como instrumento. Su análisis y visión de conjunto de la compleja realidad venezolana aportan verdadera y profunda unidad a sus escritos periodísticos, que traslucen la gama de inquietudes fundamentales que han motivado su vocación social.

El poeta y escritor asume su compromiso de intelectual público, cuando ante la necesidad de entender, de ver claro, atrapa los fenómenos del entorno y de su mundo interior, para luego comunicar lo visto y vivenciado.

Un poeta decantado como Francisco Alarcón, en plena madurez intelectual y espiritual, puede desnudarse en su poesía sin temores, a través de hermosas, brutales y potentes metáforas, libre de ataduras formales y mostrarnos lo mejor de sus dos universos, el íntimo y el externo. Así opina el poeta Fausto Izcaray del estupendo libro de poesías “Laberinto”

..... Mi país se convirtió en hombres de palo, que esperan el holocausto gris, la sangre transpira en triste expresión, mientras se desborda la incontinencia culpable.....nos dice descarnadamente y con apego a la verdad el poeta Alarcón. Pero al final asoma la apuesta esperanzadora en el ser venezolano al retar los resortes de su dignidad, cuando expresa... un paso al frente emprenderá, cuando la luz del día marque, si es suyo el coraje, donde está su valor, por Dios hombre de palo despabila ya......

El poeta comprometido transmite el sentimiento universal de la libertad, incrustado en su esencia de creador:

.......Hacia donde soy y hacia donde voy, en víspera de mi despertar eterno, para moldear la vida , mi vida en libertad, sin prójimos , ni preceptores....

Preocupa como las palabras pierden cada día su significado, sin embargo, el poeta no ceja en su lucha por rescatarla y comunicarla, al considerarla oxigeno vital y sentido de su existencia, transformándola en un bien de la cultura, expresando inquietudes sugerentes e incitantes en asuntos relacionados con la circunstancia y presión de su época.

La obra “Cuéntese Camarada” es un medio de expresión de experiencias acumuladas por el autor, para encender la conciencia ciudadana. El intelectual lanza aldabonazos, formula planteamientos orientadores, promoviendo la reflexión y acción de sus conciudadanos.
Hace de la movida y punzante realidad una lectura honesta, precisa y esclarecedora que busca afirmar, por encima de los estropicios causados por la enorme conflictividad generada por el régimen, la dignidad del pueblo.

Alarcón no hace concesiones con la sustracción de la cualidad de elegir del voto y vislumbra la resistencia inevitable ante la conculcación de la voluntad popular.

Los ciudadanos de un país que atraviesa por una encrucijada en la cual se juega el destino democrático, encontrarán en “Cuéntese Camarada” muchas pistas para sus futuras actuaciones públicas. Vemos a un civilista que lucha de la mano del pueblo llano por un destino mejor de la sociedad, a un economista que habla desde su formación y experiencia de vida. No pretende dar lecciones sino explicar lo que pasa. Enfrenta al lector con vivencias y no con especulaciones. Las situaciones planteadas invitan a un análisis concienzudo, para tomar las decisiones correctas y oportunas. Es la aspiración del autor y bastaría para justificar su esfuerzo.

El escritor pretende tocar a sus semejantes, estamos persuadidos que “Cuéntese Camarada” y “Laberinto” de Francisco Alarcón lo lograrán.

Julio Cesar Arreaza
Diario 2001
11/11/06