Tu Partida


Mientras se iba alejando
mi pulso sucumbía,
mientras se iba alejando
mi corazón casi no se oía.

Fue así en el día de su partida
su fuente luminosa se oscurecía.
Pensaba en ella, tratando
de hallarle con el pensamiento.

A los días vino
mi pulso latía
y mientras mas se acercaba
mi corazón moría.


Sueños de Agua pag 49 de Francisco Alarcón