CONTANDO LOS DIAS


                                                                                                      

La muerte, mi amiga, espera tolerantemente por mí,
Mientras yo con anhelo creciente deseo su llegada,
Ante el dolor y abatimiento que produce la enfermedad
No hay solución mas convincente que partir para “el más allá”

Otra vez con anuncios serios y contados, la deje esperando
Pero ahora no quiero que vuelva a suceder, pues de mi parte llegó la hora
La hora del crepúsculo, que sin cobardía ni arrepentimientos muchas veces he deseado
Irse de estos parajes no es nada envidiable sino para la jactancia y el desmedro

A  Dios que tanto preconizan ni le debo ni le pido, únicamente respeto a sus creyentes y repetidores de sus tantos preceptos, lo demás es pura hipocresía
En agonía se vive en penumbras en la crudeza de un desierto
Que no despierta ni ilusión ni pasión ajena. En mi caso escribir es una voluntad incontrolada

Mi vida devino entre libros e ideas con algunos ardores frugales
Lo demás si lo recordé también lo olvidé
El mundo para mi fue ancho y ajeno como el de Ciro Alegría
Ancho porque llegue a sentirme dueño de él y ajeno porque nunca me identifique con un determinado gentilicio. Soy aliado del orbe y tengo seguidores en casi todos sus lugares
Y si acaso no lo hice en presencia fueron mis libros los mejores mensajeros
Cuestión que me alegra en cualquiera de las circunstancia.
Me declaro sin amigos, sin familia, ni siquiera para saludar
Y cuando llegue el instante no tendré a mas nadie que recordar que a mi madre
Salud, para los bienaventurados farsantes que me rodearon y también salud para quienes me hayan profesado su estima en forma franca

No se si fue un solo Shakespeare o fueron varios los Shakespeare pero su pluma siempre fue mi norte.


Caracas, 08/03/17