Navidades 2013



Desde este país de triste raza,                                                                  

que ya ni siquiera puedo referirlo como mi patria
sino como tugurio de la desgracia
Donde nací y he vivido casi toda mi vida
Compuesto por gente de escaso valor
con improbidad manifiesta
y con un pueblo imbuido en su exaltada tragedia entre riquezas y miserias
Lugar de  la tierra sin historia ni dignidad,
conocido e identificado únicamente por el gnomo de su petróleo
y que su historia o no es cierta o está subyacente a él.
Deseando como siempre lo hago en este lapso de recuerdos y añoranzas
unas Navidades prosperas y un nuevo año de plenos deleites
desde esta tierra de exentos valores, donde mas son las puras excretas
que sostienen a sus pobladores
donde la riqueza súbita los enredó y donde mandan los trapaceros.
No hay esperanzas mías ante tanta adversidad y ladrones
sin que me queden los buenos deseos de hacer mi práctica de toda la vida
vayan pues mis mejores augurios para los libres de esta verdadera desventura
que arropa a Venezuela en los últimos catorce años
de exenta historia, de exenta  moral y con un pueblo adormecido por la corrupción
en curiosa exposición para quienes nos ven desde afuera
Aquí como que no pasa nada aunque ocurran muchas cosas al mismo tiempo

y para consuelo de las Navidades escribo que desaparezcan los ladrones.

SEGUNDA EDICIÓN DE OBRAS ESCOGIDAS DE FRANCISCO ALARCÓN


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FRANCISCO EN LA POESÍA

Américo Martín

El soneto tiene raíces flamencas y florentinas. Petrarca lo dimensionó en  toda Europa y el gran Garcilaso de las letras hispanas, lo aclimató en la Península. Seguidor de Petrarca” , para decirlo con palabras de Frank Sinatra:  “a su manera”, nunca fue un escritor oculto en la biblioteca. Fue un hombre de acción. Era un tipo muy especial: un excelso poeta, un combatiente espada en mano, un galán, un buen cortesano, tocaba instrumentos musicales, y si recordamos a la casada portuguesa Isabel Freyre, era “idealmente bígamo”, como se autocalificaba un amigo mío por rechazar a quienes lo tildaban de infiel y mujeriego.
Esos papeles varios, sin perturbarse unos a otros, se correspondían con el modelo del Renacimiento, recogido en Il Cortesano de Baldasare Castiglione, una obra realmente importante y aun hoy para leerse con agrado. Garcilaso le pidió a su amigo de sangre Boscán, que la vertiera al Castellano.
Los últimos poetas guerreros fueron los del Romanticismo. No necesito recordar a Byron peleando por la independencia de Grecia, o al gran tuerto Luis de Camoes, ni a otros que sería largo enumerar.
¿Qué tienen de común con Francisco Alarcón, mi primo biológicamente poeta y ya diré por qué?
Lo primero es que Francisco nació a la poesía cabalgando sonetos. Cuando se le preguntaba la razón de ello, decía reconocer la influencia de Shakespeare, poeta universal y de riqueza infinita pero con sonetos formalmente no muy cuidados, y de Zorrilla, no especialmente bueno en contenido pero de una perfección insuperada en la forma. Digamos: la profundidad del bardo de Stratford upon Avon ensamblada a la perfección formal del aeda de Valladolíd. 
A mí en cambio me parece que Francisco tiene fuerte presencia del siglo de oro español, y por eso comencé hablando de Garcilaso, precursor insigne de la floración que va de Lope a Calderón, de Quevedo a Góngora y el centro luminoso, Cervantes.