Desde
este país de triste raza,
que ya
ni siquiera puedo referirlo como mi patria
sino
como tugurio de la desgracia
Donde
nací y he vivido casi toda mi vida
Compuesto
por gente de escaso valor
con improbidad
manifiesta
y con
un pueblo imbuido en su exaltada tragedia entre riquezas y miserias
Lugar
de la tierra sin historia ni dignidad,
conocido
e identificado únicamente por el gnomo de su petróleo
y que
su historia o no es cierta o está subyacente a él.
Deseando
como siempre lo hago en este lapso de recuerdos y añoranzas
unas Navidades
prosperas y un nuevo año de plenos deleites
desde
esta tierra de exentos valores, donde mas son las puras excretas
que sostienen
a sus pobladores
donde
la riqueza súbita los enredó y donde mandan los trapaceros.
No hay
esperanzas mías ante tanta adversidad y ladrones
sin que
me queden los buenos deseos de hacer mi práctica de toda la vida
vayan
pues mis mejores augurios para los libres de esta verdadera desventura
que
arropa a Venezuela en los últimos catorce años
de exenta
historia, de exenta moral y con un
pueblo adormecido por la corrupción
en
curiosa exposición para quienes nos ven desde afuera
Aquí
como que no pasa nada aunque ocurran muchas cosas al mismo tiempo
y para
consuelo de las Navidades escribo que desaparezcan los ladrones.
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