HOMBRE LIBRE

Soy un ser libre, sin ningún parentesco que me vincule a nadie,
sin necesidad de andar imponiendo ni recibiendo las risibles bendiciones de alguno
Nací para ser solo, para compartir conmigo mismo y con la muerte en su debido instante
Algo que me hace muy feliz ahora ante la desigualdad del resto de los seres

Soy yo el hombre libre que una vez creyó en las miserias de los demás
En el sibilino ser que guarda cada uno debajo de su piel
Y con ello conquistan los corazones ajenos,
dedicados a la expoliación sistemática,
hasta que le sacan las entrañas a quien se hallé a su alrededor;
a los que les encanta figurar porque nacieron para los ademanes y apariencias
Para quienes labran su vida en aras de los triunfos frugales y fatuos
Para quienes oscuramente se arrastran para obtener algo,
y después vociferarlo a viva voz como si fuera un trofeo de su intelecto
Oh pastor! de los hombres con menos convicciones que un ovejero
guíalos a sus rediles, la vida es púrpura aunque hipócritamente muchos la describan a su antojo,
llevadlos a algún lugar para ver si se apaciguan en los pastizales de la muerte;
Cómo tuercen la realidad a su antojo,
Cómo se creen padres y ejemplos de dignidad.
Como sucumbió aquello que llamaban familia para convertirse en un verdadero prostíbulo
Yo no tengo sangre que cuidar sino la mía, y espero no me ultraje ni me ligue a nadie.
De las débiles matas a veces brotan los añosos y macizos árboles
con una corteza ancha y rugosa pero que lo soportan todo
Y con una savia perspicaz que los diferencia de los demás
Y pensar que fueron quebradizas yerbas una vez
que parecían tan precarias como el aura
Pero aquí estamos con la pátina inevitable y la huella sagaz de los años
Con amigos por donde quier sin que estemos atados
La sangre es un componente químico del cuerpo y no un enlazo familiar indeleble
como algunos lo quieren, lo querrían o lo querrán
Soy el hombre libre exento de todas las exenciones
Que marcha solo y en solaz viendo la vida como un paseo
Que al final terminará acompañado por mi única amiga la muerte

Empero, tengo en mi mesa de noche una estampita de Dios por si acaso me lo topo en un camino, y como nunca lo conocí, quizás logre identificarlo