¿Cuánto falta para llegar a Utopía?


Se cumplen 500 años de la publicación de la obra de Tomás Moro, un libro que ha sembrado una fértil cosecha literaria


Hace cinco siglos no existían automóviles, pero, seguro, ya había niños que preguntaban: "¿Cuánto falta para llegar?". Y entonces —como ahora y para siempre— lo preguntaban sin saber que lo importante no es el destino sino el viaje. O tal vez no era que no lo supieran sino que —sabios y descreídos como sólo pueden serlo los niños— no se creyesen eso de las virtudes del trayecto, por encima de los placeres de la meta. En cualquier caso, tal vez como pócima mágica ilustrada o placebo letrado, el humanista-renacentista Tomás Moro publicaba por entonces su Libellus… De optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopiae. Y ponía de moda para siempre una de las palabras más incorrectamente y peor usadas en toda la historia de la humanidad: utopía. (Nota /confesión: busco el título en latín en Wikipedia, esa suerte de territorio utópico para todo escritor).
La Utopía de Moro tiene mucho de comuna hippy, más idealizada que ideal

El ‘Aleph’ de Borges


Una exposición resume en Casa América la vida y obra del escritor en el 30 aniversario de su muerte




Jorge Luis Borges escucha a Severo Sarduy en París, en 1982.


En su celebérrimo relato El Aleph, el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), describe un punto del espacio que contiene todos los puntos del Universo (curiosamente ese punto se encuentra en un lugar bastante prosaico: el sótano de una vieja casa porteña). Mirando a ese Aleph, según la ficción borgiana, uno puede verlo todo al mismo tiempo y desde todos los ángulos posibles. Algo así, esa visión panóptica, pero en este caso sobre la obra y la figura del escritor, es lo que intenta aportar la muestra El infinito Borges, que se puede ver en Casa América hasta el 25 de mayo, coincidiendo con el 30 aniversario de su muerte.
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“Creo que es una de las exposiciones más completas que se han hecho sobre la figura de Borges, y no solo porque conste de 300 objetos originales, sino porque la hemos encarado a través de diferentes ejes temáticos, 25 secciones que incluyen todos los aspectos: su familia, su obra propia y compartida, sus prólogos, su relación con el cine o la de su familia con el presidente Sarmiento, etc”, dice Claudio Pérez Míguez, comisario de la exposición junto con Raúl Manrique.
Su idea es transmitir que, aunque la obra de Borges no es demasiado extensa comparada con la de otros grandes escritores, tiene una diversidad que raya en el infinito: poeta, relatista, articulista, editor, autor de letras de tango y, curiosamente, bibliotecario ciego: cuando le nombraron director de la Biblioteca Nacional argentina, en una cruel ironía del destino, lo ojos de Borges ya no podían leer el casi millón de volúmenes que le rodeaban. “Una obra finita pero con infinitas lecturas”, según explican los comisarios.