Sueños blancos

Son los sueños que no se produjeron,
que los soñamos despejados,
con una sonrisa quizás, o con un dejo de tristeza
que los miramos a diario
que tocamos en su fragancia
Como la mata en el jardín,
que la vemos crecer
arrancándole las hojas muertas para que progrese
viéndola retoñar con el rocío
adormecida en las tardes de estío.

La poesía es belleza, amor, rosas, sotos
símiles que nunca decaen,
metáforas originales como la misma naturaleza,
Por eso te quiero como a ella, que no arremete contra mí  sino me persigue
Me muestra sonriente sus frutos
Me da la vida si se la pido
Me magnetiza la existencia contigo porque eres naturaleza pura
Sueños blancos de despierta aurora, de desvelos en días de paz y de hostilidades

 

Francisco Alarcón

enero 2009

Algo sobre García Lorca


Federico García Lorca, es uno de los más notables poetas españoles de todos los tiempos, de sentimiento espontáneo con imágenes enigmáticas y metaforismo popular, subió la cima como en los mejores romances de Góngora y Lope de Vega. Nació en Fuente Vaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898 y murió, fusilado por "terratenientes" en su propia tierra en 1936. Poeta, dramaturgo, narrador y abogado, próximo a la Generación del 27.

Su poesía la tomaba del ambiente rural andaluz, es profunda y cargada de cantares, talante de sus primeros años; absorbió los aires vernáculos sobre los que, con el tiempo, compondría variaciones y cotas seductoras aparte de su célebre teoría del "duende". Es evidente su gusto por el cante hondo llamado también flamenco.
Sus primeras poesías se producen en 1915, pero permanecerían inéditas muchos años. En 1917 hizo un viaje por las dos Castillas, León, Galicia y las provincias andaluzas. Regresó lleno de glosas que dio a la imprenta de Granada, nace al siguiente año su primer libro en prosa "Impresiones y viajes". Aficionado a tocar el piano con gran versatilidad, desde una sonata de Beethoven hasta lo popular. Su primer poemario sale a luz pública en 1928 "La balada de la placeta", en una antología poética editada por la Novela Corta. Luego viaja a EUA y a su regreso funda "La Barraca" con el teatro universitario andarín.

Fue un versificador natural, este genero de encantamiento poético, ha sido definido como el "ángel" de Federico "Verde que te quiero verde/verde viento, verdes ramas/ El barco sobre el mar/y el caballo en la montaña". Su teatro es tan deslumbrante como su poesía. Son poemas dramáticos en que cultiva temas clásicos. En alguna de sus obras, como "Bodas de Sangre y Yerma", alcanza la gloria del drama tradicional.
Su plectro egregio lo logra en el "Romancero Gitano"y "Poesía en Nueva York" con versos superrealistas y futuristas que escribe en 1929.

Lorca no inventaba personajes, los atrapaba de la vida. De un suceso escandaloso en Fuentevaqueros, brotan sus "Bodas de sangre". Bernarda Alba y sus hijas existieron efectivamente en Valderrubio, pueblecito de Granada. Su tema central fue la muerte, así lo señaló Luis Cernuda miembro también de la Generación del 27. El amor y la muerte, como expresiones de ese sentimiento trágico de la vida. Definido por Unamuno y que está en el corazón del pueblo español. En su "Teoría y juego del duende" hay evocaciones mortales, como si un duende le avisase, además tenía ángel. El ángel que guía y deja ver, derramando su gracia por encima de la sensatez del ser. Antonio Machado en la elegía que dedicó a García Lorca, entiende que el poeta ha superado el miedo ante la evidencia de su muerte, recuperando su floreciente ánimo, requiebra así a la muerte… Por qué ayer en mi verso, compañera,/sonaba el golpe de tus secas palmas...

La muerte siempre la muerte, que Lorca divisa en todas sus formas: en las cabezas heladas por la luna, que pintó Zurbarán, en el "Sueño de las calaveras" de Quevedo. Lorca reproduce dos baladas españolas y las dos recuerdan a la muerte.

También yo le canto a la imperecedera e impar muerte, la sublime amiga: quiero las glorias que da la muerte/su purificación, /sin denuestos, a cambio de nada/la única que lo puede.

El "angelical Lorca", quiso "llegar adonde llegaron los buenos". Fue sacado, una madrugada lívida, de la casa de un pariente en Granada, falangista por cierto, por una pandilla de "señoritos" asesinos para fusilarlo y enterrarlo en una barraca de la vega. Pablo Neruda habló del dolor de Lorca, de su triste aturdimiento ante la muerte "de un corderillo rezagado, mordido por unos cerdos hambrientos. Qué dirían sus ojos, abiertos como dos estrellas y heladas, al ver que la muerte ya estaba allí para llevárselo".

La política jamás le interesó, en una ocasión dijo: "el ser de Granada me inclina a la compresión simpática de todo lo que es perseguido, del gitano, del judío, del negro, del morisco y de todo lo que llevamos por dentro… El chino está más cerca de mi que el español malo". 

Algo sobre Antonio Machado

Quizás sea el bardo español de lírica más parafraseada. Sus versos en
canciones forman parte de la vida, del quehacer, para quien todo lo que es
pretérito es espera. Miembro de la Generación del 98, de talante modernista,
sevillano, doctor en Filosofía y Letras. Comienza su carrera literaria en
Francia, cuando se traslada junto a su hermano Manuel en busca de trabajo y
se encuentra un París apasionado por la revisión del proceso de Dreyfus, con
Zolá a la vanguardia, unido a parnasianos, simbolistas e impresionistas.
Conoce en ese entonces a Oscar Wilde, Pío Baroja, y a Enrique Gómez
Carrillo. Se topa con Rubén Darío y le asombra que aquel individuo
soñoliento y hundido en la soledad, pudiera ser creador de tanta belleza.
Darío le corresponde, cuando juzga los versos de Machado como admirables.
De regreso a España en 1905 afirma, hay que vivir y de los versos no se
vive, ni se ha vivido nunca. Se convierte en catedrático, es la época para
él decisiva, allí nace su poesía más profunda, esos que, "si los suenas,
suenan a corazón". En 1907 publica su libro: Soledades, galerías y otros
poemas alcanzando un éxito rotundo. Un día todo cambia para Antonio y
aparece ella, tal como había sido en las galerías de sus sueños. Se llama
Leonor Izquierdo y tiene una belleza dulce, escorada en dócil gravedad.
Estrena otra luz, otro aire junto a la figura de la amada, asoman los
campos, en un lenguaje penetrante. Cásase con Leonor en 1909. Pronto emerge
su famoso Campos de Castilla, libro que significa la consagración definitiva
del poeta y su deslinde del modernismo; Unamuno, Ortega y Gasset, Azorin,
grandes firmas de la época se ocupan de él. Pero la desgracia tañe su vida
con la enfermedad de Leonor, Machado se encierra, y no hay nada que lo saque
de él.
Hasta que ella muere; el poeta otra vez solo, deshecho el corazón, aguanta.
Huye, los días son plúmbeos, sin sentido, sigue pensando en ella. Pasan los
años. De Baeza, donde atenúa su duelo, se traslada a Segovia, mientras ha
leído y meditado mucho, nacen nuevos poemas y al proclamarse la República es
conducido al Instituto Calderón de Madrid. El cambio en nada influye en sus
costumbres, la lírica era su vida y no la abandona en ningún instante,
escribe y lee. Se siente viejo con sesenta años y afirma: "Soy viejo y
enfermo. son muchos años para un español". Estalla la Guerra Civil Española
y se va a Valencia. En 1937 publica La guerra y colabora con La Vanguardia,
periódico republicano. Espeta en momentos de dolor "Los señoritos invocan la
patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su
sangre y la salva". En 1938 sigue el panorama sombrío de la guerra y va a
Barcelona acompañado de su madre y de su hermano José. Cada vez, más viejo y
más enfermo, aguanta privaciones en un ejemplo de suprema dignidad. Observa
la guerra con pesimismo sin pensar que su final estaría en Francia. De nada
sirve que otros piensen por él.
Llega su destierro ¡Tantas veces temido! Cuando ya no hay nada que hacer.
Sin bagaje ni dinero alcanza a Cerbère, desvalido el poeta, como un niño, de
regreso al pasado lejano que, abrigo su niñez. De Cerbére es trasladado a
Collioure, donde una madrugada nebulosa de Febrero de 1939 muere uno de los
más altos poetas españoles de nuestro tiempo. Partió como los hombres de la
mar cumpliéndose la profecía de su libro más profundo y límpido: Campos de
Castilla "Ligero de equipaje/casi desnudo, como los hombres de la mar".
Antonio Machado en todo su itinerario tiene un contorno poético puro y de
largo recordar, en él las fechas pasan a ser signos imaginarios. Registra
sólo dos fechas en su Nota autobiográfica, cuestiones intranscendentes en
quien pregunta, oteando el nacer del nuevo siglo: ¿Siglo nuevo? ¿Todavía
llamea la misma fragua?/ ¿Corre todavía el agua/ por el cauce que tenía?
Como decía Walt Withman: Son los poemas de un hombre, en nuestros dedos no
descansan unas hojas, sino que tiembla un hombre. O como lo vio Rubén Darío,
convirtiendo en luz la propia bondad íntima.
http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3241



SUENOS II

Tuve un sueño desesperado
 que no terminaba nunca
 Como si no me importara nada
 dormía o vivía en oscuras penas

 Traté de despertarme mil veces,
 sentía que no era mi sueño
 tampoco era una pesadilla habitual,
 algo extraño invadía mi cuerpo

 Era como si el día también se trasladaba a la noche,
 agarrotándome, no me aprobaba descansar
 Seguía, seguía.
 Dormido sin poder dormir.

 Era como la muerte en dilema desagradable
 que desconocía, sin oler los azahares de sus encantos,
 era como si la muerte se trocara en mortificación
 en vez de ser pasión y magia para el descanso

 No valía la pena dormir así,
 ni siquiera morir entonces,
 oh trance desagradable aquel
 que por poco me mata sin querer

 Desperté en iguales condiciones
 con mis cuitas actuales, sin indagarlas, sin quererlas
 El cielo se estremece y no hay azules ni aves rondándolo
 está solo, ya ni pinta palomas

 Sueño y vida que se confunden sin pretenderlo
 Sueños que son casi defunciones
 Sueños perplejos
 que incitan la modorra y el hastío

Como siempre

Como siempre estoy aquí,
viéndote en perspectiva
sin abandonarte en ningún instante
sin alejarme de tus pasos

Como Dante a su Beatriz,
en este pórtico de la vida
que no sabemos cuándo nos lleva o cuándo nos trae,
si estamos en la juventud, madurez o decrepitud

Somos como las nubes siempre presentes
con colores de cielo o de ocaso
pero estamos ahí durablemente,
con sentimientos imperecederos

Que dan luz a los momentos más oscuros
que dan permanencia a los cambios
que nos sostienen parados aún con lágrimas en los ojos
no declinaremos, nos miraremos y seguiremos queriéndonos

Francisco Alarcón

Ayer y hoy

Ayer me llamabas a plenitud,
te desnudabas frente a mí como si fuera tu espejo,
hoy te veo con las mismas ansias
como si llegaras del cielo

Con el cuerpo en paz
sin dejar colar los maltratos,
con la tez risueña y juvenil;
avista la suerte mía cuando te veo reír

Como siempre no hay coyuntura que te doblegue
eres mía, baquiana de la vida,
como te imaginé y pensé,
una vez cualquiera, aunque no te conociera

Eres como la luz entera que se cuela por donde quiera
no podía evadirte, aunque no te buscara,
un día corriente apareciste
en el centro de mi atención

Mi respuesta invariablemente será quererte,
como ayer, como hoy, si bien el sol no resplandezca
pese a que la fúlgida estrella desvanezca en la aurora,
serás mi perdurable compañera de la vida y de la muerte

Prefiero quererte así, inmortal
sin abismos que nos separen en algún lugar,
ayer y hoy me sigues atrayendo
Espero mi Eurídice no perderte en este sueño

Mi deletérea providencia,
no hallará el refugio de este amor,
en sólo lugar para dos
seguiré contigo el camino que disponga el infinito

Escribo

Escribo sobre tu cuerpo en cada momento,
Cuando el papel no está a mi alcance,
Te dejo mis grafías cinceladas
Hasta la muerte,

Sí, te dibujo la espalda
Y brizo tus senos porque te quiero,
Con libertad para hacerlo
La vida es así, libre

Haciendo lo que a uno le venga en ganas,
Te tengo a ti, por eso escribo,
Por ello versifico sin ser fachoso,
Fijando mis pensamientos en tu cuerpo

Vocaciones de todos los gustos,
Estribándome cada vez más en ti
Hasta que la muerte me taña el alerta
¿Cómo las quiero a ambas?

A una aquí a la otra allá
Así de desnudas, de tez esplendente,
Como debe ser el eterno placer,
De verlas en una sola presencia

Escribo a la vida, también a la muerte,
Puesto que lo saben y no lo oculto,
Amo tanto a la una como la otra
Son libres de hacer conmigo lo que quieran

Una me da la existencia
Otra me da la eternidad
Por eso las deseo, y las junto
Son una misma, a quien o a quienes jamás dejaré

Francisco Alarcón