Quién te robó tu mirada,
tu figura, tu corazón de esmeralda,
tu hado de hada
y te dejo desnuda, casi sin nada
No es culpa tuya
no es culpa mía
son los crepúsculos,
que pasan desesperados.
Son los antes que nos demudan,
son los hoy que nos arrugan,
son los siempre que nos empujan
Y son los ahora que no dejan nada.
Extraído de SUEÑOS DE AGUA. Caracas: Comala.com, 2003. 72 p
No hay comentarios.:
Publicar un comentario