Yo me quité mi sombrero
ella una linda violeta,
yo el botoncito del cuello,
ella su airosa chaqueta
y además su chal de luna
y su española peineta
Aquella noche corrí
ilusionado a su meta
y tras algún relatillo
que le eche por pura treta,
me porte como quien soy,
como un gitano poeta.
La regalé un poemario
y un vinillo de a peseta.
Y no quise enamorarme
porque al írseme, suelta,
me dijo en lengua castiza
que no usé yo bien su zeta.
Francisco Alarcón
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