sábado 26 Mar 2016 La narrativa norteamericana actual, al igual que la sociedad y la cultura en la que se inscribe, resiste cualquier estereotipo: es heterogénea, versátil y rica en matices, tanto que Barack Obama, el primer presidente negro de los Estados Unidos, puede ser considerado una amalgama, no exenta de contradicciones, de esos movimientos que otorgan complejidad y riqueza a la primera potencia mundial.
"La literatura estadounidense es mucho más variada que
lo que se suele creer. Hay una serie de autores WASP (White Anglo Saxon
Protestant, blancos, anglosajones, protestantes) que están dentro de un
movimiento muy posmoderno, muy enfocados en la superficie del texto, sin
aparentes intereses de tipo político, muy lúdicos y experimentale ",
explica a Télam Margara Averbach, crítica literaria y especialista en
literatura norteamerciana.
"Pero eso no es todo: hay una serie de autores de las llamadas 'minorías étnicas' y raciales, como por ejemplo Toni Morrison, la Premio Nobel negra, y Louise Erdrich, una autora ojibwe traducida al castellano, que escriben una literatura muy bella y muy política, fuertemente crítica de la sociedad estadounidense actual y del llamado 'American dream', de la situación de sus pueblos, del exitismo, del dinero y el individualismo exacerbado", asegura la experta y docente de la UBA.
Además de esas tendencias, Averbach destaca a otro grupo de escritores, algunos de ellos muy editados en la Argentina, "con una narrativa muy intelectual y política. Siguen escribiendo autores como Philip Roth, Joyce Carol Oates (que es muy política y es mujer y blanca) o Richard Ford, y otros nuevos como Helene Wecker, traducida ya en su primera novela. Hay que dejar de pensar que los WASP son los únicos autores que se leen".
"Pero eso no es todo: hay una serie de autores de las llamadas 'minorías étnicas' y raciales, como por ejemplo Toni Morrison, la Premio Nobel negra, y Louise Erdrich, una autora ojibwe traducida al castellano, que escriben una literatura muy bella y muy política, fuertemente crítica de la sociedad estadounidense actual y del llamado 'American dream', de la situación de sus pueblos, del exitismo, del dinero y el individualismo exacerbado", asegura la experta y docente de la UBA.
Además de esas tendencias, Averbach destaca a otro grupo de escritores, algunos de ellos muy editados en la Argentina, "con una narrativa muy intelectual y política. Siguen escribiendo autores como Philip Roth, Joyce Carol Oates (que es muy política y es mujer y blanca) o Richard Ford, y otros nuevos como Helene Wecker, traducida ya en su primera novela. Hay que dejar de pensar que los WASP son los únicos autores que se leen".